El trabajo de Georgina Kincaid es muy absorbente... literalmente hablando.
El amor duele, y nadie lo sabe mejor que Georgina Kincaid, y es que si se pasa de rosca besando a su nuevo novio terminará por drenar su fuerza vital. Georgina es un súcubo —un demonio que obtiene sus poderes del placer de los mortales. Vale... es cierto que el poder cambiar de forma y las ventajas de la inmortalidad son algo increíble, y que sí, Georgina eligió unirse al bando infernal hace siglos, pero es muy injusto que una demonio cuya principal función es la seducción no pueda "calentarse" con el único mortal que sabe y acepta lo que ella es.
Pero no sólo la vida de nuestra protagonista está hecha un lío. Doug, el compañero de trabajo de Georgina en la librería, ha estado comportándose de una manera un tanto extraña, y Georgina sospecha que detrás de eso hay algo mucho más demoníaco que un par de cafés extra fuertes. Podría pedir ayuda para averiguar qué está pasando, pero Bastian, un irresistiblemente encantador íncubo y su mejor amigo inmortal, está demasiado ocupado tratando de corromper a una estrella radiofónica ultra conservadora, así que Georgina tendrá que hacer el trabajo ella sola... y pronto, si no quiere que la vida de Doug sea la única que penda de un hilo.
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