Beth Fantaskey - Jessica Rules the Dark Side (adelanto)

Beth Fantaskey nos trae un pequeño adelanto de lo que sera su próximo libro.

"Madre?"

Los remolinos de nieve a su alrededor, y se pone de pie de espaldas a mí, el cuerpo envuelto en un manto de color rojo brillante. Rojo ... el color de Mihaela. La reina que gobernó una vez Dragomirs se parecía mas a una mancha de sangre en contra de la extensión de blanco, y sin embargo es tan fuerte e importante como las rocas escarpadas que se elevan en los Cárpatos de las montañas solitarias rumana donde siempre se encuentran.

Voy hacia ella, sin comprender. ¿Por qué no me saluda?

"Madre?"

Y a continuación, Mihaela Dragomir se enciende, la cara oculta por el manto. Y en sus manos sostiene un objeto, algo que ella aprieta contra su pecho la forma en que una monja sostiene una cruz. Pero Mihaela no es ninguna hermana humilde, piadosa ... no es una reliquia sagrada.

La estaca ... la estaca manchada de sangre ...

La estaca que Lucius utilizó para destruir a su tío - y que había una vez casi usa para ...

"¡No! ¡Nunca! "

Luchando contra algo que se parecía a una prensa contra mi pecho, me esforcé por sentarme y abrí los ojos para ver la vacilante luz del fuego contra la piedra, y por un segundo que no estaba segura de dónde estaba.

Poco a poco, sin embargo, lo que me rodeaba se hundió pulgadas que estaba en casa de Lucius - nuestro hogar. En nuestra cama. Y que la presión en mi pecho ... no se ... era sólo de las mantas pesadas que siempre era necesario en nuestra habitación enorme, fría, a pesar de que un fuego ardía en la chimenea.

Tomando una respiración profunda, extendí mi brazo y apoyé la mano en el hombro, me tranquiliza que todo estaba bien. Mientras Lucius estaba conmigo, todo estaría bien.

Sin embargo, las imágenes de la pesadilla vinieron de nuevo hacia mi.

La estaca, que yo no había visto desde la noche Lucius apretó los colmillos contra mi garganta y me convirtió en vampiro...

¿Por qué había soñado con él? ¿Y por qué la tenía mi madre biológica - que nunca me haría daño - se lo mantiene?

Había empezado a soñar con Mihaela en Pennsylvania, y los sueños se habían vuelto más frecuentes desde que me case con Lucius y me traslade a Rumanía. Era mi madre, destruida poco después de mi nacimiento, estaba tratando de protegerme como Traté de seguir sus pasos y convertirse en un gobernante, apoyándome en un libro que había dejado para mí en busca de ayuda. Un regalo de boda póstuma que me guiaba como aprendiz a ser una princesa.

Mi corazón empezó a latir más rápido de nuevo. ¿Era el aprendizaje? Estaba tratando de ...

Serpenteando hacia abajo debajo de las mantas, que se acercó a Lucius en la gran cama - donde, como había confesado una vez, que había sido probablemente esperado por los Sabios Vladescu para quitarme la vida, convenientemente eliminando su novia Dragomir del poder y permitir que el Vladescus tener dominio indiscutido sobre nuestras dos familias. Le di una patada en las cubiertas, algo de natación a través de ellos, de repente impaciente por estar junto a él.

Todo en su casa - nuestro hogar - parecía tan grande a veces. Incluyendo las cargas.

Lucius dormía de su lado, de espaldas a mí, me presione cerca de la espalda, sintiendo la frescura de su cuerpo. Compartí esa frescura, también, desde que me había mordido, sellado nuestro destino y un pacto de décadas de antigüedad que había decretado nuestro matrimonio en el interés de detener una guerra entre nuestras familias rivales. Al presionarme más estrictamente contra de mi esposo - todavía sonaba extraño - escuché su respiración constante, que siempre me calmo cuando me puse nerviosa. Lucius no tenía miedo. Que prosperó en la resolución de los clanes. Eso es lo que él había nacido y criado para hacer.

¿O te preocupas a veces?

- Lucius? - Tome su codo y lo sacudí con suavidad, necesitaba ver sus ojos oscuros y escuchar su voz grave y tranquilizadora. - Lucius? -

- Sí ... sí? - Murmuró. Rodó sobre su espalda y se perdió bajo las sábanas, que eran caras y rígidas y me hizo perder la suavidad, usaba sábanas de franela en mi cama en Pennsylvania. Pero ¿cómo podría una princesa pedir franela? - Sí, Jessica...? -

Reposo mi mano sobre su pecho, sentí que suben y bajan tan lentamente que pensé que era probablemente todavía estaba dormido. Sin embargo, no podía dejar de preguntarle en voz baja, por lo que los guardias fuera de nuestra puerta no se oye:

- ¿Qué significa que un vampiro sueños acerca de una estaca? -

Lucius no respondió, y me di cuenta que estaba definitivamente dormido - probablemente agotado a partir de un día más de lucha para unir a nuestras familias obstinada - así que se acostó y situado frente a él. En respuesta a la presión de mi cuerpo, se volvió y me llevó cerca, así que podía sentir toda la longitud del su cuerpo de su poderoso de guerrero contra el mío, como un escudo en la espalda.

En lo alto de esa montaña de Rumania, en el corazón de un castillo confuso que supuestamente rige, pero donde todavía se perdió en los pasillos torcido, la noche se puso muy quieto. Incluso el crepitar del fuego parecía llegar más tranquilo. Después de unos minutos de obligándome a olvidarse de la pesadilla, casi empece a quedarme dormida de nuevo, cuando de pronto murmuró Lucius, apenas susurrando, su aliento frío contra mi cuello, - Traición. -

Me puso rígida en sus brazos. Estaba respondiendo a mi pregunta o atrapados en sus propios sueños? Sus propias pesadillas?

Incluso si fuera el último, que no era precisamente reconfortante. ¿Mi marido tiene deslealtad - traición - en su mente? Y Lucius, como todos los vampiros, puso gran stock en los sueños ...

- Traición - Dije la palabra en voz alta, tratando de asegurarme de que era aún lo que había oído decir. - Traición -

En el sonido de mi voz, que era suave pero audible lo suficiente como para romper el silencio profundo en la cima de la montaña, Lucius, que parecía impacientarse, me envolvió en su fuerte brazo, con cicatrices más estrictos a mi alrededor, así que estaba atrapada contra su pecho.

Tomé su mano y tire para darme un poco de espacio para respirar. El no me dejaba ir, sin embargo, y traté de moverme de nuevo. En contra de mi mano, yo podía sentir otra herida profunda - una x en la palma de su mano que lo marcó como el mío, cortado en su carne en nuestra ceremonia de matrimonio - y la banda de Lucius de la boda en su mano izquierda. Su mano dominante. La que él había usado para manejar la estaca a la hora que me había celebrado en una forma muy diferente, en ese mismo castillo, no muchos meses antes.

Extraído del capítulo 4

- Lucius, que pasó esta mañana?- Le pregunté en voz baja.

Él no respondió. Había crecido muy tranquila ya beber de nuevo de mí, y jugaba distraídamente con mi anillo de compromiso, haciendo girar en mi dedo demasiado delgado como él me retuvo en el sofá de mi oficina.

- Lucius? - Levante la cabeza de su hombro para ver su rostro, sus altos pómulos y la nariz recta de aristócrata y la mandíbula fuerte, que le hacía parecer mayor. Como la mayoría de las niñas en el Woodrow Wilson High School, incluyendo a mi mejor amiga, Mindy Stankowicz, que había sido a la vez atraída por el, intimidados por su buena apariencia muy maduro. Y él parecía aún más como un príncipe guerrero desde su regreso a Rumanía. - Lucius? -

- ¿Sí? - Por último, se volvió hacia mí. - Lo siento ... Estaba perdido en sus pensamientos. -

- Lo que pasó hoy? - Repetí, aunque yo estaba bastante segura de que sabía que en ese momento, sólo desde la mirada de sus ojos. La infelicidad que finalmente fue totalmente reveladora.

- El veredicto es culpable - dijo. - No había duda. Sin duda en la mente de los ancianos. -

Mi corazón se hundió.

- ¿Y tú? ¿Tuviste alguna duda? -

- No puedo permitirme dudar - dijo. - Si hubiera tenido siquiera una astilla, no podría haber llevado a cabo la sentencia. Mi mano se podría haber dudado, y habría causado el preso más agonía. Quiero ser justo, nunca cruel. - Profundizó su ceño fruncido. - Y si los ancianos habían detectado dudas de mi parte, me habría herido - nosotros - y, por parecer débil. -

- Así que realmente... - Ni siquiera podía decirlo.

Pero Lucio pudo.

- Sí, Antanasia. Yo lo destruyó. La ley es clara. La destrucción es punible por la destrucción. Y la destrucción de un anciano debe ser respondida por nada menos que el miembro del clan de más alto rango. - Sus ojos se endurecieron un poco. - Además, ambos sabemos que yo soy el más adecuado para destruir con el menor dolor posible. He sido entrenado desde niño para utilizar un juego de manera eficiente. La ejecución no es una tarea que se hizo pasar a un criado, como lavar la ropa. -

Me dejé caer contra él, enojada conmigo misma - pero todavía medio enferma en el pensamiento de lo que podría haber sido testigo, si no se había escapado de la prueba.

- Lo siento mucho, Lucius - me disculpé nuevo. - Yo no te he dejado... -

- Por favor, no seas dura contigo misma - instó. - Ustedes se suscitaron entre los gatitos por los veganos - Luego se hizo una rara admisión - Es difícil incluso para mí, planteada por los asesinos en una dieta de la violencia. -

- Pero lo hiciste. -

- Sí, y voy a hacerlo de nuevo. Y aprenderás de pie a mi lado a medida que se acostumbre a esta cultura, la forma en que se acostumbraron a la suya. -

Mi voz se convirtió en un susurro.

- ¿Qué pasa si no puedo? -

Lucius sonrió.

- Yo solía preguntarme a mí mismo la misma pregunta cuando me enfrentaban con los guisos de lentejas de tu madre. ¿Qué pasa si, literalmente, no puede levantar el tenedor hoy? Y sin embargo lo hice, Jessica. -

Mis ojos se abrieron.

- No se puede comparar el juicio de hoy a la cazuela de lentejas. -

Pero Lucius arqueó una ceja y se echó a reír.

- ¿No te gusto? -

Después se levantó y lo vi transformarse - como lo hizo a menudo - de la esposo de gobernante.

¿Por qué no podía hacer ese truco ...?

Fuente: http://bethfantaskey.com/

Traducción: Adolescent Literature Blog